¡Muy buenas colegas!
¿Qué tal va todo? Espero que bien. Yo recién terminado exámenes poniéndome las pilas con el nuevo panorama de las tarifas eléctricas. Ya sabéis (¡quién no!) que el día 1 de junio de 2021 entraron en vigor los nuevos peajes y cargos para todos los consumidores domésticos. Como me lo habéis pedido a gritos, he aprovechado para hacer una nueva edición de la guía, donde he dejado mi análisis y opinión respecto al tema. Si lo tengo que resumir en un par de frases diría que a los que teníamos discriminación horaria nos han fastidiado (por no decir jodidos 😜) pero bien y los que tenían tarifa normal podrán tener alguna mejoría pero solo si adaptan mucho sus hábitos a los nuevos tramos horarios.
Para los que no os guste demasiado leer 😜, podéis echar un ojo a este vídeo donde os regalo mi opinión sobre el nuevo panorama que tenemos encima:
Y aquí os dejo algunas de las reflexiones que comparto en el ensayo (recordad que podéis acceder a la guía aquí):
Como sabemos, el 1 de junio del 2021 comenzó a aplicarse la nueva normativa que regula los peajes y cargos que los abonados a la red eléctrica pagamos por su uso, cambios que nos obligan a modificar sí o sí nuestros hábitos de consumo. Es un cambio que nos afecta a todos, a los que estamos en mercado regulado (PVPC) y a los que están en el libre (sus comercializadoras trasladarán a su tarifa este incremento de precios).
Sabemos ya que los grandes perjudicados con el cambio son los 10 millones de hogares que teníamos contratada alguna de las tarifas PVPC con discriminación horaria; mínimamente beneficiados, solo si ajustan sus hábitos de consumo a los nuevos tramos horarios, serán aquellos que tenían alguna tarifa con precio fijo durante todo el día (unos 19 millones de suministros).
Pero, ¿de cuánta subida estamos hablando? Para ser consciente de la magnitud del cambio que nos ha impactado y «no hablar de oídas», incluí en una tabla los peajes que teníamos antes frente a los nuevos, hora a hora. La comparto en la Figura 1.
Fíjate por ejemplo en la tabla de la izquierda, donde viene la comparativa entre las antiguas tarifas con discriminación horaria (2.0 DHA) y la nueva (2.0 TD); date cuenta que en horario de mañana los peajes no es que hayan subido al doble o al triple, algo que podría asimilarse, es que ¡se han multiplicado por sesenta! (entre las 10 y las 12 h). Como decimos en mi pueblo y perdona la expresión: a los que teníamos discriminación horaria «nos han jodido vivos».
Este agravio comparativo es así, en parte, porque la tarifa de discriminación horaria de la que disfrutábamos antes era descaradamente ventajosa —y por eso otros tantos optimizadores y yo la recomendábamos a todo el mundo—, así que ahora, en comparación, el cambio nos afecta muchísimo (quizá no porque los nuevos peajes sean muy caros, sino más bien porque antes eran baratísimos en el horario valle).
Sin duda estamos ante un cambio de paradigma. Antes había muchos hogares (la mayoría), que consumían indistintamente a cualquier hora del día porque el precio de su electricidad era el mismo. Esto ya es historia y el modelo de tramos horarios para todo el mundo obliga a recalcular hábitos de consumo (¡y de vida!).
Según el reglamentador (la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia —CNMC), este cambio se hace para intentar aplanar la curva de uso de la red eléctrica y no tener así que acometer más inversiones para aumentar la capacidad de la red. Y razón no le falta, porque desde el punto de vista técnico y económico lo óptimo es tener una red que se use de forma regular, no con grandes altibajos.
El problema es parecido al que se nos presenta en la red de carreteras durante cada operación salida: ¡atascos infinitos en Semana Santa o en el puente de agosto! porque todos decidimos usar la red a la vez. Obviamente, no podemos permitirnos duplicar las carreteras para cuando llegan estos picos de uso, que bien podrían evitarse si las utilizásemos de forma escalonada.
Y más o menos esto es lo que el Estado pretende evitar imponiendo peajes distintos a cada hora de consumo de electricidad, eliminar los picos de uso trasladando nuestros consumos principales a los horarios de menos ocupación. Cosa distinta es si con la diferencia tan bestial que han impuesto entre los distintos peajes no se estarán pasando de frenada, y si nos merecemos que intenten cambiar nuestros hábitos a través de estrategias de penalización negativa frente a otras de incentivo positivo que podrían resultar mucho más amables.
En la Figura 2 podemos ver una representación de lo que estamos comentando: que la red se use más en los momentos donde natural- mente se usa menos descargando los momentos donde naturalmente se usa más —menudo trabalenguas acabo de inventarme .
Según la CNMC, lo que estos cambios buscan es:
- Incentivar el desplazamiento del consumo a horas de menos demanda para evitar inversiones innecesarias en la red;
- facilitar la carga del vehículo eléctrico;
- aumentar el consumo de electricidad en detrimento del consumo de energía procedente de combustibles fósiles y
- facilitar la transición a una economía baja en emisiones.
Cosa distinta es, como digo, si los peajes impuestos son los apropiados o serán la antesala de situaciones dramáticas sobre todo para aquellas familias que tengan menos posibilidades de acceder a una información veraz o capacidad para cambiar sus hábitos —espero equivocarme, ¡sin duda!
Este es actualmente mi punto de vista más personal sobre el tema. En la guía incluyo mucha más info. menos emocional y más técnica (y seria) que bien podremos usar para hacernos una idea del nuevo escenario.
¡Suerte en esta nueva andadura! 😅
Angel.
PDTA.: Recuerda que en mi canal de Youtube estamos muy activos con comentarios al respecto. No dejes de visitar la calentita lista de vídeos, aquí >